Es conocido que el servicio de limpieza y gestión de residuos es el que se lleva una de las mayores partidas presupuestarias –si no la mayor– de los ayuntamientos. De ahí la necesidad de una comunicación eficaz y transparente sobre esta materia, que permita que el ciudadano de a pie pueda valorarla en su justa medida.
Mantener limpias las calles y gestionar los centenares de kilos de residuos urbanos que producimos tiene un precio muy elevado para las administraciones locales y, en definitiva, para los ciudadanos que sufragan estos costes con sus impuestos.
En el caso de una gran ciudad como Barcelona, el coste de la limpieza se aproxima cada año a los 360 millones de euros. En el de Madrid, a esa factura hay que sumarle 100 millones más.
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