Cada español tira a la basura unos 163 kilos de alimentos al año, nada menos que un tercio de lo que se compra. Con esta contundencia se expresó el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, durante una conferencia celebrada el pasado jueves en Córdoba, bajo el título “Retos de la agricultura del siglo XXI para una seguridad alimentaria global”.
La mayor parte de los alimentos despilfarrados, un 80%, son frutas y verduras. Ampliando el plano a nivel global, estos datos contrastan fuertemente con el hecho de que 815 millones de personas sufren desnutrición crónica, a los que hay que sumar los habitantes de más de 20 países que viven crisis alimentarias derivadas de conflictos bélicos o climáticos. El desequilibrio es enorme: el 75% de la producción total de alimentos se distribuye únicamente entre el 30% de la población mundial.