Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en 2018, España contaba con un total de 182 vertederos de residuos municipales, a los que se suman otro medio centenar de plantas de gestión de residuos industriales y peligrosos. Sin embargo, el último dictamen de la Comisión Europea en este sentido señalaba que, ese mismo año, en España había además 1.513 vertederos irregulares.
La cifra pone los pelos de punta. Si a raíz del desastre del vertedero de Zaldibar, en Bizkaia, hemos conocido la escasez de medios materiales y humanos para inspeccionar y controlar las instalaciones legalmente autorizadas, ¿qué podemos esperar que se hará para evitar todos esos vertederos ilegales que se multiplican por el país?
Hace algunos años, en un congreso del sector, un gestor de residuos autorizado contaba una triste anécdota. A la vista del daño que la gestión ilegal y la competencia desleal ocasionaba a las empresas autorizadas y que cumplen escrupulosamente sus obligaciones, el citado gestor preguntaba a un responsable de la administración qué hacían al respecto. La respuesta era verdaderamente inquietante, pues venía a decir algo así como que bastante tenían las administraciones con controlar a los «legales». Y claro, así nos va.
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La proliferación de estos vertederos ilegales suponen una lacra para el sector autorizado del reciclaje de metales. Un gran artículo. Aporta información muy valiosa para conocer esta realidad. Para completar, aquí otra referencia sobre como esta clase de vertederos fuera de la legalidad perjudican también al medio ambiente:
https://www.elchatarrero.com/los-vertederos-ilegales-siguen-azotando-nuestro-medio-ambiente/