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Prevención de residuos: ¿La hermana sigue siendo pobre?

La prevención en la legislación española sobre residuos

Coincidiendo con el momento de mayor consumo del año, próximos al Black Friday, Ciber Monday y Navidades del año 2015 (hace ya 6 años!), desde LIR hacíamos una reflexión primaria hacia la necesidad de atender a la prevención en la generación de residuos en nuestras vidas.

Etimológicamente, RESIDUO procede del latín RESIDUUM, en referencia a lo que resta, lo que queda en el fondo, lo que se olvida y dejamos atrás. Esta presentación, ciertamente no invita a nada positivo, que sin embargo sí debemos buscar en el ciclo de la vida del binomio producto-residuo, al amparo del nuevo paradigma de la economía circular. De hecho, en ese momento se aprobaba el entonces nuevo Paquete de Economía Circular por parte de la Comisión Europea, que posteriormente dio lugar a una serie de normativa más específica sobre residuos (alguna pendiente de trasposición en el Estado Español a día de hoy).

Hasta ese momento, y a pesar de entenderse y reconocerse como la opción prioritaria en el esquema de gestión de residuos, se solía dejar al margen de los planes efectivos de las distintas administraciones, a los efectos prácticos. Pero es que, desde entonces, tampoco se han observados pasos decididos en este sentido, y a pesar de que las estadísticas hablan de que España se sitúa actualmente por debajo de la media europea en cuanto a generación de residuos municipales, desde 2012 a 2019 se ha incrementado la generación en un 6%.

Y no se constatan avances tangibles porque el propio Programa Estatal de Prevención de Residuos, debiendo avanzar hacia la atención de las áreas de actividad interpretadas como prioritarias (desperdicio alimentario, los envases o los productos de usar y tirar), parece no haber logrado sus objetivos.

Y a la espera de aprobar y articular la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, se sigue echando en falta un sistema de seguimiento y tutela coordinado por la Comisión de Coordinación en materia de residuos para que haga visibles la información necesaria y la consecución de metas.

Eso sí, el articulado del proyecto de ley establece unas líneas esperanzadoras para posibilitar ese salto cualitativo (y cuantitativo) hacia la prevención de residuos. De hecho, cuenta con un título propio, desarrollado a partir de objetivos, medidas y plazos concretos. Un aspecto importante en este sentido se refiere a la necesidad de autoimponernos una soga que cifra la reducción esperada en un 13% para 2025 respecto a lo producido en 2010, lo cual supondría alcanzar unos 20 millones de toneladas de residuos municipales.

Para llegar a ello, se define una batería de potenciales medidas a implementar, si bien se consideran demasiado genéricas, desde la reducción de los residuos dispersos en el medio natural y marino, hasta el fomento del diseño duradero y reparable, por ejemplo. Pero también se reconoce muy positivamente la inclusión de determinadas cuestiones, como la prohibición de destruir los excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes, aparatos eléctricos, así como que la hostelería ofrezca agua no embotellada de forma gratuita o también las medidas para reducir los residuos alimentarios.

Todas ellas necesarias, habrán de acompañarse del correspondiente respaldo, especialmente de carácter económico. Y así se compromete el artículo 16, sobre medidas e instrumentos económicos, financieros y fiscales, trasladando también al productor del producto su responsabilidad hacia el ecodiseño y la información. En el anexo V se incluyen ejemplos de instrumentos económicos que, sin duda, contribuirán a conseguir hitos de interés en los próximos años

De sumo interés se entiende la propuesta para aplicar tasas y restricciones a las operaciones de depósito en vertederos e incineración, así como las vinculadas a incentivar a las autoridades regionales y locales en el fomento de la prevención de residuos y para intensificar los sistemas de recogida separada, incluyendo campañas de concienciación pública.

Y es que la concienciación y sensibilización de la población hacia el problema que representa la excesiva generación de residuos ha de constituir la base de trabajo, siempre que esto se encuentre soportado por la responsabilidad y rigor institucional a través de la dinamización efectiva de planes autonómicos y locales de prevención de residuos, ligados a la realidad y focalizados en la medición y seguimiento de resultados. Se antoja fundamental poder imprimirlos sobre los biorresiduos, papel, envases y aparatos/enseres (mediante su reparación y reutilización).

Para ello, nos echará una mano la carente situación que atravesamos en cuanto a la disponibilidad de recursos, lo cual está derivando en las cadenas de producción y suministros, llevando a encarecer la oferta (en primer término), pero también a trabajar hacia una menor dependencia de materia primas, un diseño más responsable e incluso hacia otro tipo de servicio, todo ello liberando al consumidor de la responsabilidad de producir tantos residuos.

La prevención es la llave para poder estructurar un sistema sostenible, equilibrado y justo. A pesar de que se multipliquen los intereses hacia la recuperación de recursos, no se alcanzará un ajuste verdadero con el modelo de economía pretendido si se minusvalora este concepto. No dejemos que siga siendo la “hermana pobre” y luchemos contra los sistemas de producción lineal, marketing agresivo y consumo masivo que en estas fechas nos atacan.

Para recordárnoslo, tenemos la Semana Europea de la Prevención de Residuos que, como iniciativa pública y participativa, invita a promover y desarrollar acciones orientadas a mover conciencias. El año pasado, se registraron más de 10.000 acciones en 33 territorios europeos. De ellas, en España se desarrollaron unas 1.200, que esperamos sean superadas por las iniciativas de esta nueva edición.

Y… aunque no se registren oficialmente, todos podemos hacer algo. Empecemos por comprometernos con un consumo contenido y responsable en las próximas fechas.

Publicado por

Laboratorio de ideas sobre residuos

Debate de ideas para el sector de la gestión de residuos

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