Estas últimas semanas hemos asistido con cierta sorpresa a la aparición, casi simultánea, de varios sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) de envases comerciales e industriales.
Ello responde a los movimientos de la industria para dar respuesta a los requerimientos del nuevo Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, aprobado el pasado mes de diciembre, y que obliga a los productores de envases comerciales e industriales a financiar la gestión de los residuos de los productos que ponen en el mercado, incluyendo los costes de su recogida separada, su transporte, así como su tratamiento. Y los SCRAP son la forma a través de la cual las empresas dan respuesta a estas obligaciones.
Adelantándose en unos meses al resto, el primer SCRAP de envases comerciales e industriales en presentarse públicamente fue Envalora, en octubre del pasado año, impulsado por las industrias química y del plástico a través de ANAIP, CICLOPLAST y FEIQUE, y orientado esencialmente a estos sectores, junto con el del caucho y la construcción.
El ajetreo, sin embargo, no llegó hasta el pasado mes de marzo. Así, el día 8 se presentó Cartón Circular, un SCRAP exclusivamente para envases industriales de cartón, promovido por las principales organizaciones del sector, como son AFCO, ASPACK, ASPAPEL y REPACAR.
Dos días más tarde se anunciaba la creación de Implica, impulsado por la Confederación Empresarial del Ecoenvase Industrial (CONFECOI), y que cuenta entre sus miembros con asociaciones como ANARPLA, ECOACERO, QUIMICOVA o FER, entre otras. Se trata de un SCRAP con carácter multisectorial y multimaterial.
Menos de una semana después, el 15 de marzo, se presenta Procircular, que estará operado por Reclay, proveedor de servicios en el ámbito de la responsabilidad ampliada del productor con presencia en diversos países europeos. La principal novedad en este caso es que se trata de un SCRAP que además de los envases comerciales e industriales, abarca también los envases domésticos, con lo que estaríamos ante la primera entidad que le hará la «competencia» a Ecoembes, el sistema que gestiona los envases domésticos en España.
Y a finales del mismo mes de marzo, la plataforma para la gestión de residuos electrónicos Recyclia da a conocer que también pondrá en marcha su propio SCRAP, que se centrará en los envases industriales y comerciales de los productores de aparatos electrónicos y pilas, y que se sumará a los tres sistemas ya administrados por la entidad para la gestión de este tipo de residuos: Ecofimática, Ecoasimelec y Ecopilas.
Con toda esta vorágine de SCRAP, salta a la vista que hay muchos intereses (y dinero) detrás de esta cuestión de la gestión de envases comerciales e industriales; al fin y al cabo, no habrá empresa, grande o pequeña, que, en mayor o menor medida, no los utilice. De hecho, junto a la creación de todos estos sistemas colectivos, hemos asistido también a la presentación de Ecophir Recicla, una nueva empresa de consultoría promovida por el Grupo Jané Morraja y especializada en sistemas de responsabilidad ampliada del productor de envases comerciales e industriales. Aquí el que no corre…
Actualización a 10/5/2023: A finales del pasado mes de abril, el sistema colectivo de gestión de residuos electrónicos Ecolec anunció también la próxima creación de un SCRAP, denominado Ecolec Envases, para la gestión de envases de aparatos eléctricos y electrónicos, ya sean domésticos, comerciales o industriales.
Muchos intereses no, lo que hay es obligación.
El RD asigna a los envasadores unas responsabilidades que antes no tenían. Así que tienen que cumplirlas. El Gobierno crea una necesidad y el mercado -como siempre- busca cómo satisfacerla.