El tema del desperdicio alimentario es doblemente perverso, puesto que al impacto medioambiental que representan los alimentos no consumidos –tanto en su producción y distribución como al convertirse en residuos– se le suma el evidente “delito” moral y ético de deshacernos de alimentos cuando solo en España existen miles de personas –incluidos niños– que pasan hambre o tienen dificultades para acceder a una alimentación adecuada Ante esta situación, la Comisión de Medio Ambiente del Congreso ha aprobado una proposición no […]