Han pasado casi 4 meses desde el incendio del vertedero de neumáticos de Seseña. Ahora el lugar es lo más parecido a un mar de cenizas, donde aún continúan las labores de limpieza por parte de la Comunidad de Madrid, que espera recoger cerca de 5.000 toneladas de residuos, entre metal y ceniza.
Son las últimas consecuencias de uno de los mayores despropósitos ocurridos en España en materia de gestión de residuos. Ahora queda minimizar el impacto del trágico escenario que ha quedado tras el incendio –trabajo encomendado a la empresa pública Tragsa– y, para variar, tomar nota y aprender de los errores para que casos como este no vuelvan a suceder.
Fuente: ABC